sábado, 31 de diciembre de 2011

El fin del mundo!

Hoy he ido a comprar, como cada semana. Nada tendría esto de especial si no fuera porque hoy es "hoy".

Cojo el coche y en la radio no suena otra cosa que las fiestazas que se van a montar aquí y allá. Que por el "módico" precio de un riñón puedes ir donde a varios sitios en donde la fiesta será mejor que en ningún otro lado.

Llego al supermercado y no hay sitio para aparcar. Son las 12 del mediodía y no cabe un alfiler. Multitudes abarrotadas intentan transitar con carros llenos de carnes, mariscos, alcohol, uvas, mantecados y turrones. Un gran número de clientes hoy es más joven que yo y, por lo visto, también más alcohólico que yo. Los pasillos de vinos  y licores han dejado de existir. Estan llenos de gente que apenas se puede mover. Se han visto manifestaciones más vacías.
Con paciencia y estrategia, elijo cautelosamente qué debo comprar y los pasillos que recorrer y en qué orden para ser eficiente y salir de allí lo antes posible. De fondo no hago más que escuchar como des de la sección de cajas llaman a más y más refuerzos.


No les falta razón. Llego a dicha sección y el panorama no parece de fin de año. Parece de alerta por nevadas que nos tendrán incomunicados 20 días! Todas las cajas abiertas menos una que está estropeada (murphy no nos abandona), y todas ellas con la tira de gente haciendo cola. No parece el final de un año. Parece el fin del mundo. ¿Soy el único al que le parece exagerado?

Salgo agobiado y cargo el coche. En la radio hoy no debe de haber programación, anuncios de Nochevieja 24 horas y fiesta para el personal. Me lo debe de parecer pero tanto en la carretera como la calle hay mucha más actividad de la habitual. Yo siempre he pensado que los únicos que iban apurados el día de hoy eran algunos contables y los críos buscando a "L'home dels Nassos".

Será que no me siento tan nervioso en cuanto a este evento se refiere.
La experiencia me ha demostrado que suele ser frecuente, el hecho de sentir frustración, al haber puesto en una fiesta como la de nochevieja, las expectativas demasiado altas. Conozco incluso gente que prefiere pasarlas en casa. No he llegado a este punto, pero lo puedo comprender y de hecho no me parece una idea tan mala, ya que me la planteé en su momento, junto con alguna otra locura del calibre de una idea de bombero, y que por desgracia nunca sabré ya si habría podido ser una noche sencillamente única o no. Por eso yo intentaré pasarlo bien, ver a la gente conocida, reirme un poco e intentar que cuando me levante mañana no me sienta como si volviera de entre los muertos, y aún así tengo mucho margen de acción. Creo que es cuestión de tomárselo con calma.

Como cuentan por ahí, "Mientras los tímidos reflexionan, los valientes han ido, han triunfado y han vuelto".

Yo debería estar camino del extranjero ahora mismo...


Felices fiestas y hasta el año que viene!!!!!

Sonreíd!


viernes, 25 de noviembre de 2011

Concierto de Ryuichi Sakamoto

Hace exactamente una semana, a esta misma hora, me encontraba en la Ciudad Condal (aka, Barcelona), en el Palau de la Música. No había estado nunca allí y tuve que dar un par de vueltas para encontrar la puerta principal. Iba a asistir a uno de los muchos conciertos del "Voll-Damm Festival Internacional de Jazz". Con un par de amigos habíamos decidido, a última hora, comprar entradas para el concierto. Nos tocaron unas entradas en el segundo piso, en la penúltima fila. De hecho, teníamos la pared justo detrás.

El artista en cuestión era nada menos que el conocido Ryuichi Sakamoto, un compositor japonés muy conocido por su trabajo musical. Entre sus piezas más famosas estan "Forbidden Colours", de la película "Feliz Navidad, Mr. Lawrence". Tuvo un papel de protagonista en la misma, junto a David Bowie, quien hizo también una versión cantada de la canción. Otras piezas que son obra suya son la banda sonora de "Pequeño Budha", "El último Emperador", por la cual obtuvo un Oscar a la mejor Banda Sonora. También preparó la Banda Sonora de los JJOO de Barcelona '92 e incluso creó tonos de llamada de móvil para Nokia. En su día dijo que a el le habría gustado ser Debussy, y eso se nota en el modo como toca el piano. Aún así, Sakamoto se dió a conocer en el mundo de la música de la mano de la YMO (Yellow Magic Orchestra), un grupo de música electrónica japonés de los años 70.


Voy a contar el concierto desde dos vertientes distintas:

1- El concierto y el Palau de la Música

La sala estaba llena a más no poder y nosotros apenas podíamos ver el piano de cola desde nuestro sitio.
Una voz en off nos dió la bienvenida y presentó a Ruyichi Sakamoto junto a sus dos acompañantes, el virtuosi violonchelista Jaques Morelenbaum y la intrépida violinista Judy Kang.
En un primer momento hizo una improvisación jugando con los sonidos del piano tocando directamente las cuerdas del piano con las manos, golpeando la estructura del piano y probando diferentes sonidos, que representaban, nos pareció, pájararos y naturaleza. Luego ya se pusó delante del teclado y los tres se pusieron a tocar temas conocidos. Pese a haer escuchado algunas canciones suyas, al principio  tan sólo un par me resultaron familiares. Aún así, pude notar la huella imborrable del estilo de Sakamoto en cada una de las piezas. Ese juego de acordes oscuros y apagados, acompañados de pequeños arpegios agudos y delicados. Tocaba con sutileza, encorbándose para transmitir todo el sentimiento a cada tecla, cerrando los ojos por momentos. La combinación con los otros dos instrumentos hacía que las piezas fueran realmente completas y agradables al oído.



Para mi sorpresa, sin esperarlo, tocó "Seven Samurais". Pieza de la banda sonora que le fue encargada para un juego basado en la película "Siete Samurais". Personalmente es una pieza que me transmite una sensación de paz que no sé describir, y que he puesto en alguna entrada anterior. Mis ojos se llenaron de tímidas lágrimas que querían salir, aunque me sobrepuse y me esforcé en estar muy pendiente de la canción. Fue espectacular, no puedo decir más. Evidentemente, la canción estrella "Forbidden Colours" no faltó y fue preciosa e impresionante. Finalmente tocó una pieza al final, en la que mezcla trozos de "El cant dels ocells", de Pau Casals.
Sakamoto se portó muy bien con el público. Agradeció el calor del público y despues de tocar, salió 3 veces más para hacer bises.

Sakamoto ha sacado un libro autobiográfico titulado "La música os hará libres". Escuchando su música, logro entender lo que quiere decir. La música nos proporciona un refugio espiritual, un mundo aparte en el que podemos ignorar el día a día, la rutina y sentir ver y vivir cosas que nos hacen sonreir, suspirar, relajarnos, animarnos y muchísimos otros verbos sentimentaloides relacionados.


Al encender las luces volvimos al mundo real. Bien, todavía no, puesto que seguíamos en el Palau de la Música de Catalunya, un edificio para conciertos, de estilo modernista muy bonito, muy arreglado, lleno de detalles y sin embargo, nada cargante. Un lugar que escapaba de toda realidad y que se hacía muy agradable. Actualmente es la única sala de conciertos modernista considerada "Patrimonio de la Humanidad" por la Unesco. Lleno de mosaicos con escenas, flores, dibujos, los ventanales todos decorados con multitud de colores, un techo de cristal precioso y otros tantísimos detalles que escaparon a mi vista. Fue una experiéncia muy agradable y en cuanto pueda voy a repetir.



2- El público


Pese a todo lo que llegué a gozar el concierto y el Palau, me sorprendió muchísimo e incluso me desagradó el componente de el público.
Uno llega al Palau del a Música i se siente raro por no llevar "smoking" y estar acorde al nivel del sitio. Sala de nivel, concierto de nivel, por favor lo pido, público de nivel.


Cierto es que hoy en día ya no se consideran los silbidos como un abucheo, sinó todo lo contrario y por ahí todo correcto. El problema vino a la hora de tener que guardar silencio. Gente moviéndose en su silla, susurrando, algun móvil sonando y otros resonando con el modo vibrador. En algunas canciones, Sakamoto acaba el tema dejando que la nota muera dóclimente, que se apague poco a poco. Para poder apreciar eso hay que guardar silencio hasta el final. El público no pareció entender esto y la mitad de las veces aplaudía antes de acabar. Me fastidió el poco respeto que mostró el público, o su poca habilidad para guardar silencio absoluto. Tanto en cuanto a respeto para el artista se refiere, como para quienes queríamos gozar de tan preciado concierto. Pude oír gente andar en medio de una canción.. e incluso al salir estuve atento a ver si encontraba tres o cuatro personas con la cara totalmente plana, porque en tres o cuatro ocasiones se oyó un ruido seco y fuerte en diferentes zonas de la sala y solo lo pude asociar a la imagen de alguien tropezando y pegándose el costalazo de su vida con la cara en el suelo.
También se notó que estamos en epoca de gripes, porque media sala tosía. Alguien tosió justo antes de acabar un tema, dejando morir la nota y con el publico reprimiendo el aplauso. Me cabreé, no pude evitarlo, me jodió el final y me molestó.

En favor de quienes sí tenían respeto por la música, debo añadir que ví a un señor o dos pegarse la carrera del año por un pasillo aprovechando los aplausos, para evitar molestar a nadie.

Aún así creo que en un concierto de esa índole se debería saber guardar silencio absoluto. Bien lo aprendí yo de pequeño en misa, creo que en un concierto es aún más importante. Y en un concierto dentro de una iglesia, ya ni te cuento.


Bien sólo para quitarme la duda de si lo del público no és una muestra representativa del grupo de estudio, concluyo que tengo que volver para corroborarlo. (Excusas no me faltan, des de luego)


Dejo la lista de canciones que tocó, por si las queréis escuchar en Youtube.


  1. improvisation
  2. fukushima#01
  3. nostalgia
  4. still life in A
  5. bibo no aozora
  6. tamago 2004
  7. seven samurai -end theme
  8. tango
  9. impresions intimas I (written by Federico Mompou)
  10. solitude
  11. merry christmas mr.lawrence
  12. high heels
  13. happy end
  14. m.a.y. in the backyard
  15. 1919

  16. encore-1
  17. ichimei/harakiri - death of a samurai main theme

  18. encore-2
  19. self portrait

  20. encore-3
  21. mizu no naka no bagatelle

miércoles, 26 de octubre de 2011

Visualizaciones dinámicas de Blogger (FAIL!)

Entro en Blogger para añadir una nueva entrada (que ya iba tocando) y ¿qué me encuentro?

New Features! Visualizaciones dinámicas!
Blogger ha añadido nuevas plantillas super chulas que usan CSS3, AJAX, HTML5 y demás y funcionan al parecer muy bien!



Las pruebo las añado al blog y es una gozada.

Pero (porque al parecer, con Blogger siempre hay un pero) para mi asombro me doy cuenta de que me falta TODA mi barra lateral!! con mis enlaces, mis entradas, mi twitter, no hay nada!! Simplemente se lo han llevado al limbo de las buenas cosas que desaparecieron en un cambio de diseño.

Espero por el bien de blogger que recapaciten, porque el 90% de sus blogs tiene sidebar y widgets!!
De mientras el blog sigue sin cambios visuales. Lástima porque la idea era buena pero el fallo es imperdonable, por ahora.

martes, 25 de octubre de 2011

La chica del tren



Soy de la opinión que no es correcto juzgar a los demás por la apariencia, pero esta mañana haré una excepción.Estoy en el tren yendo a  Barcelona, y en el mismo vagón viajan conmigo una serie de personas bastante curiosas.Casi en la otra punta, en diagonal a mi asiento, hay una mujer que parece una caricatura sólo por cómo resaltan los elementos que la forman: Cabello rubio teñido, blusa o camiseta o lo que sea, de color rojo pasión, pañuelo de leopardo y gafas tipo Ray-Ban. No me diréis que no os viene en mente el más evidente de los estereotipos. Sin embargo, quien ha captado mi atención esta mañana ha sido otra persona. Delante de esta mujer se sienta una chica, en la mesa central del vagón, que está en el pasillo y encarada hacia mí. A primera vista el cuadro no me permite tirar de estereotipos, porque de aspecto la chica tiene una apariencia muy sencilla, pero tiene un MacBook Pro, lo que rompe con el concepto de chica "simple". Me gusta la gente que rompe los tópicos y que tienes que descubrir por medio de conocer a esas personas.

Es una chica bastante guapa, viste una rebeca de un color verde apagado, y una camiseta blanca con un estampado de flores dibujadas bastante discreto. Lleva unos vaqueros normales y corrientes. Tiene la cara bonita. Facciones simples, piel clara. De cuerpo esbelto, y probablemente mida alrededor del metro setenta de altura. El cabello, castaño oscuro, liso y largo, peinado hacia un lado, sin flequillo. Tiene los ojos grandes. Me he dado cuenta al ver dos grandes círculos, negros como un pozo, en su cara, y eran sus ojos. Tiene una nariz sencilla, un poco redondeada y sin complicaciones, con un tamaño muy normal. Tiene unos labios muy finos y rosados. Mientras habla con la que supongo es su amiga, voy observando sus expresiones, las miradas, la manera de hablar, los gestos y las sonrisas, evidentemente. De buenas a primeras, tiene una mirada muy tranquila, con los párpados siempre un poco bajados, pero sin caer en una imagen de abatimiento. La expresión casi seria que tiene de natural me hace pensar que no es una chica alocada, sino que es más analizadora, y que observa antes de poner caras y que piensa bastante. Algunas expresiones de su cara me recuerdan a mí, a mi manera de hacer, sobre todo a la de años atrás. No lleva maquillaje y tampoco ningún colgante ni ornamento especial, aparte de los pendientes, sin brillo, pero con una forma estampada que va a juego con la camiseta. Inicialmente, su semblante sencillo y honesto, me ha recordado a mi tía, y me ha hecho pensar que quizás esta chica ha estudiado humanidades o artes. Por otra parte la he visto explicar algo a la amiga y me ha parecido que podía ser una ingeniera de pies a cabeza, explicándose, poco a poco, gestualizando correctamente, esperando la aprobación y comprensión de la amiga, para seguir adelante. Mientras tanto, en mis auriculares, la guitarra de John Mayall y la armónica de su compañero, junto con otras canciones de la grandísima Billie Holiday, dan color y calidez a las imágenes y los detalles que presencio y hacen que me sienta feliz de algun modo. Estoy seguro que debe ser una persona la mar de interesante. Este mismo interés que siento, me hace pensar que el nombre le corresponderá mucho. Será un nombre dinámico, poco usual pero agradable al oído. Maria, Amalia, Violeta, quien sabe. Me pregunto si después de este encuentro en el tren la volveré a ver. Sería agradable, ciertamente.

Después de estar más de media hora perdido en mis pensamientos acerca de esa chica, se ha levantado, ha recogido sus cosas y se ha bajado en una parada que no es la mía. Bueno, por lo menos ya le debo el buen humor que llevo encima. Sería un detalle poder devolvérselo. Algun día. 

"Come rain, com shine, I meet you and to me the day is fine.."

martes, 16 de agosto de 2011

El fin de una etapa. El inicio de otra

Cuando algo acaba, se suele pensar en como empezó. 

En mi caso esto ocurrió cuatro años atrás. Estaba apuntado en un par de bolsas de trabajo, en busca de una faena que me proporcionara un sueldo estable, que me permitiera vivir con mi pareja sin apuros, y pudiendo ahorrar un poco. Era época de vacas gordas y había trabajo, oportunidades y ofertas debajo las piedras. 

Me llamaron de varias empresas para concertar entrevistas de trabajo. Una de las empresas que me citó fue el Grupo Hermes (editora de los periódicos de ámbito catalán "El Punt" y "El 9 Esportiu" entre otros). Era una empresa grande y conocida, y tenía la oportunidad de entrar a trabajar allí si superaba con éxito la entrevista. Al llegar a la entrevista reconocí al jefe de departamento y a otro hombre. Habían estado profesores míos en la universidad el último año de carrera. (Y había sacado buenas notas de ambas asignaturas, que eso siempre ayuda). La entrevista no tuvo ninguna complicación y buscaban a alguien que quisiera estar por un periodo de tiempo de tres años en adelante. Me iba bien porque yo buscaba estabilidad económica. Quedamos en que me llamarían, como suele ocurrir en estos casos.

Esa semana tuve otras entrevistas y al poco 2 empresas más querían que fichara con ellos, pero yo esperaba la confirmacion o rechazo de la primera entrevista y tuve que dar un par de largas, pero funcionó y me llamaron para que hiciera otras pruebas.

Hice un test psicotécnico, bastante completo. Era comprensible. La empresa era grande y conocida, no cogerían a cualquiera. Dí lo mejor de mí mismo pero no salí muy convencido. A los dos días tenía que ir a hacer un test de lengua catalana, y otro de departamento. El de departamento no era muy dificil. Preguntas acerca de conocimientos básicos de informática empresarial: Windows, Linux, Apple, TCP IP, DHCP, y cosas por el estilo. En el de catalán me pidieron encontrar 50 faltas en un texto y luego corregir unas frases que tenían algun tipo de error típico del catalán hablado, vocabulario, castellanismos, expresiones incorrectas y demás. Debía haber por lo menos 15 tíos como yo haciendo pruebas para entrar a trabajar allí y se lo pregunté al Jefe de RRHH:

- ¡Vaya! Con tanta prueba, debemos ser un montón de gente para el puesto, no?
- ... mmm creo que no. Que yo sepa sólo estás tu.
- ...o_O?!?

No entendí a que venía tanto examen si era el único para el puesto, pero mejor así: el puesto fue para mi. 
Trabajaría en el departamento de sistemas informáticos, o pito del sereno, como diría Fuckowski. Mi trabajo sería el de cuidar de que los servidores de la empresa funcionaran correctamente, arreglar fallos puntuales, mejorar los sistemas y ayudar a los usuarios con sus problemas de tipo informático (HelpDesk). Así he podido aprender un poco acerca de servidores, sistemas de discos, redes, VPN y teletrabajo y también he desarrollado cualidades como la diplomacia ante el usuario desesperado, el trato profesional con otro profesional, e incluso la aplicación puntual de la paciencia infinita en algun momento de crisis con un usuario cabreado que me chilla al teléfono de puros nervios porque el PC no funciona. Se podría escribir un libro con las anécdotas que he vivido con mis compañeros. 
 
Bromas aparte, en esos cuatro años he tenido tiempo y la gran oportunidad de conocer bien a los que han sido mis compañeros de trabajo. He tenido la enorme fortuna de trabajar con un grupo de personas maravillosas tanto en lo profesional como en lo personal. Personas trabajadoras, responsables, expertas, alegres y divertidas. También estrictas cuando convenía. Trabajar allí ha sido para mí un honor muy grande. He aprendido muchísimo, me he reido aun más si cabe. El ambiente en el departamento siempre ha sido relajado tranquilo, sin tensión y siempre con voluntad de escuchar y ayudar al compañero. La calidad humana y relacional ha sido inmejorable. Esto es algo que en verdad echaré mucho de menos. 



Me toca, de ahora en adelante, afrontar una nueva etapa y aprovechar a mi favor todo lo que he aprendido en estos años. Tengo muchas ganas y mucha ilusión. Como dijo el CEO de Apple en una conferencia universitaria: 
La vida tiene sentido cuando miras atrás y ves como una cosa te ha llevado a otra y gracias a esto ahora estás donde estás. Conectas los puntos hacia atrás y todo encaja.
Apenas he empezado la nueva etapa y ya veo claramente que mi etapa "Punt" ha sido súmamente buena.

No puedo menos que agradecer de corazón a todas las personas con las que he tenido el placer de trabajar, por haber hecho de mi estancia en esa empresa, algo tan bonito y agradable.

Como dijo alguien: "La felicidad no es el objetivo. Es el camino. " Así que a andar tocan!

miércoles, 22 de junio de 2011

Koko - Here - Aquí



Después de conducir unos quilómetros montaña arriba, paro el coche y me dirijo andando hasta el borde de la montaña, donde la visión no podría ser más reconfortante. A mis pies se halla toda la comarca, desde las más altas cimas hasta el mar. A grosso modo distingo seis o siete pueblos y bastantes casas aisladas en todo el territorio. El viento me lleva los sonidos del monte, el canto de los árboles y los pájaros y, de vez en cuando para, dejándome en el más absoluto y estremecedor de los silencios. Alzo los ojos hacia el cielo. Ese cielo azul con nubes altas que no hace otra cosa que encajar perfectamente en el paisaje que estoy presenciando. Los límites de donde alcanza mi visión son realmente lejanos. Puede haber tranquilamente más de media hora de trayecto, pero parece que lo tenga al alcance de mi mano. Siento que el mundo es mío por un instante.

Entonces, perdido en el vacío, pienso en una duda existencial que me ha tenido despistado últimamente: “¿Me siento solo?” Inmediatamente esa pregunta queda remplazada por “¿Estoy solo?”, en un intento por conciliar mi sentimiento con la realidad.

Es en ese momento cuando me doy cuenta de la absurdidad de ambas preguntas. Nunca he estado solo. Y sé que nunca lo estaré mientras yo quiera que así sea. Tengo personas que me demuestran aprecio, respeto y amor a diario; personas que me piden confianza y rivalidad con el único objetivo de mejorar a su lado; personas que me exigen cariño y por las que me exijo lo mejor de mí mismo. Siento en mi alma la calidez, el apoyo, y la sonrisa de quienes me conservan en su corazón. Siento como he obtenido de ellos más de lo que jamás pedí, por luchar y esforzarme por hacerles sonreír de corazón, que es todo cuanto me propongo.
Al igual que el paisaje que presencio, la sensación de tenerlos a todos cerca pese a estar lejos, es de una belleza indescriptible. Un sentimiento que me transmite un alivio que se expresa en forma de una tímida lágrima que escapa por encima de mi mejilla. 

Parece que las cosas están más claras ahora. El viento ha empezado a soplar con fuerza y la sensación de frío es más que palpable, pero por mí como si quiere llover. Me siento muy bien.

Así que cojo aire profundamente y me despido del paraíso hasta la próxima vez, esperemos que con alguien con quien compartirlo.

domingo, 19 de junio de 2011

QUISE

Escribí eso hace un tiempo, pero hoy es un buen día para recuperarlo.


Quise reir, y hacerte sonerir,
que de mi estuvieras orgullosa.
Abrazarte no era cualquier cosa,
pues ello me ayudaba a vivir.

Quise pretender no ver el porvenir,
que tu frágil vuelo de mariposa
no era de pasión por una rosa,
sino de lucha para sobrevivir.

Quise darme cuenta y llegué tarde,
me puse a escuchar mi corazón
y ni siquera me pude despedir.

Quise, por fin, no ser más un cobarde,
ahora siento ya sin caparazón.
Mi amor por ti no se puede medir.

lunes, 6 de junio de 2011

Little night paradise



De vez en cuando, las personas viven situaciones que se podrían catalogar de surrealistas. Algunas más que menos, ciertamente. En el caso de Adrián no solía ser excesivamente frecuente, pero eso otorgaba valor a cada una de las situaciones que vivía, de esas características.

Llevaba trabajando unas siete horas seguidas, un sábado pasada ya la media noche. La noche no se prestaba a la fiesta, una vez terminado el turno laboral, pero tampoco era plan de quedarse en casa. Mientras divagaba entre las posibles opciones de la noche y artículos de Wikipedia acerca del funcionamiento muscular a nivel celular, el móvil empezó a vibrar encima de la mesa. Era Ibex, un amigo apodado así años atrás por su enfermiza obsesión por la bolsa con la que perdió mucho tiempo y apenas ganó nada. Ahora trabajaba de botones en un hotel de media estrella llevando maletas arriba y abajo por cuatro perras. Era una mierda de trabajo, pero con la crisis galopante que atravesaba el país, era mejor eso y lidiar cada mes por pagar el alquiler, que no tener donde caerse muerto:

- Oye! ¿Estás trabajando, no?
- Sí, ¿por?
- ¿Luego que haces?
- Aún no lo sé.
- Fuera está lloviendo a cántaros! ¿Te vienes a correr al acabar de trabajar?
- ¿Qué??¿A correr?¿Bajo la lluvia y de noche?
- Si.
- .. er.. vale.

Respuestas idiotas a proposiciones absurdas. De vez en cuando le gustaba salirse del guión y esta vez, pese a la inmediatez de la propuesta, la idea le resultaba atractiva. Un híbrido entre salir y quedarse en casa. Saldría, pero volvería pronto. El pensamiento de correr bajo la lluvia le atraía. El hecho de pegarse la hostia padre al no ver donde pisaba lo apartó de su mente pensando que ya se apañaría en cuanto se encontrara metido ya en carrera. No quería frenarse ante lo que le resultaba novedoso y raro a la vez.

Una hora más tarde, mientras Adrián se dirigía hacia su casa para cambiarse de ropa y coger un chubasquero, vio algunos relámpagos. No era una noche de tormenta. Era lluviosa, pero no estaba exenta de sus descargas eléctricas. Le gustaban los rayos. Había escuchado muchas cosas acerca de ellos y le asombraba como en un segundo la noche se convertía en un día en blanco y negro, al caer un rayo. Eso le animó todavía más. Mientras no los pillara un rayo, todo iría bien. Una vez listos, con zapatillas deportivas corrientes, pantalón corto, chubasquero y armilla reflectante, el recorrido empezaba y terminaba en casa de Ibex. Darían una vueltecilla que podía ser más o menos larga en función de cómo se encontraran. Empezaron a correr y pronto dejaron atrás la urbanización para meterse en una carretera de campo que prescindía de toda iluminación.

El silencio de la noche les daba tranquilidad. Una quietud presente permitía oír el caer de la lluvia en el asfalto, el campo y los árboles. No era una tromba de agua lo que caía. Más bien eran las últimas gotas de la noche, puesto que ya hacía bastante rato que llovía. Aún así, correr sin chubasquero no era viable al principio. Pese a estar lloviendo, la temperatura era agradable, rondando los quince grados, lo que permitía correr sin problemas de respiración. Las nubes estaban relativamente altas y reflejaban la luz del pueblo y municipios vecinos, con lo cual la visibilidad era bastante aceptable. Se distinguía bien la carretera e incluso pudieron esquivar la mayoría de charcos, si bien no todos. 


La sensación de paz, de silencio, de libertad que experimentaban no se podía describir. Era como si el mundo se hubiera parado y estuviera expuesto en la penumbra, como en un museo. No había viento alguno y en los charcos se reflejaba el cielo como si de espejos se tratara. Era un paisaje peculiar. Tal espectáculo les ayudaba a olvidarse por momentos del cansancio de correr y el tiempo y los metros quedaban atrás poco a poco. Decidieron llegar hasta la carretera del Este del pueblo, en vez de atajar antes y emprender la vuelta. Bajaba hasta el punto más bajo de la zona. Habría que subirlo para volver y si llegar abajo les había costado un poco, la vuelta se antojaba divertida, irónicamente hablando.

Ibex era un tío peculiar. Le encantaba quedarse frito en el sofá sin hacer nada durante todo un domingo. En la misma medida que le encantaba ponerse a estudiar, o salir a hacer deporte. Era un motivado para muchas cosas y, a resultas de eso, parecía que todo se le daba bien. Durante la vuelta cuesta arriba, por un camino diferente, Ibex se empezó a distanciar un poco manteniendo un ritmo de carrera constante. Adrián iba un poco más apurado pero no se quería despegar así que dedicó medio minuto a reunir fuerzas para aumentar un poco el ritmo y pillar a Ibex. Esa situación se sucedió un par de veces e Ibex, consciente que su amigo no tenía su resistencia física, aflojó la marcha de vez en cuando para mantenerse juntos. Aquella noche no era para marcar un tiempo o una distancia, únicamente. También era un paseo por unos parajes desconocidos de noche y bajo la lluvia, y no tenía sentido no estar juntos durante tan bello trayecto.

En la última etapa del recorrido ya no llovía pero ambos estaban empapados de sudor por dentro. Los chubasqueros no permitían la transpiración y el sudor acumulado se había convertido en un traje con agua caliente. Se estaban casi cociendo literalmente ante la falta de lluvia y su consiguiente sensación de refrigeriación. Por suerte quedaban pocos metros para la llegada y con esa idea ambos, pero sobretodo Adrián, lograron llegar al final.

Estuvieron recuperando un poco el aliento, se quitaron la ropa empapada, cogieron unas toallas y se fueron al 'little-paradise' de Ibex a resucitar un poco y compartir impresiones sobre la experiencia así como imaginar qué pensarían de dos tíos corriendo en chaleco luminoso bajo la lluvia y de noche, los dos únicos coches con los que se habían cruzado.
Ibex tenía un jardín y un pequeño porche en su casa. En el jardín había un cerezo enorme que en verano protegía del sol y cuando había silencio era un lugar realmente cómodo para pasar una tarde, de ahí el bien merecido apodo de "little-paradise".

Las hiedras y demás plantas trepadoras que tenía, habían florecido y esto, junto con la espectacular noche de la que gozaban desde hacía ya un buen rato y un zumo de naranja, completó la que fue una experiencia que ambos quedaron en repetir alguna otra noche de ese verano que ya asomaba la cabeza y que prometía dar mucha guerra.

miércoles, 1 de junio de 2011

Wednesday sunrise



Hacía algunas semanas que la mañana ya se iluminaba pronto, pero hoy le costó más de la cuenta abrir los ojos. Sin mucho afán, con las piernas dormidas todavía, pero empujadas por la hora que se reflejaba en el reloj de la mesilla de noche, se puso en pie y empezó la rutina de cada mañana para ir a trabajar. 

Durante la noche había estado lloviendo y las temperaturas habían descendido a registros más bien habituales de Marzo, después de una semana que cualquiera sin noción del tiempo habría etiquetado de verano. Ese fresco en el ambiente le hizo estremecer y levantó la cabeza para comprobar que, en días como ese, no había una sola nube en ese cielo que perdía los colores calientes del sol, para ganar su azulada presencia al paso de los minutos. 

De nuevo con la mirada al frente, se metió en el coche y lo puso en marcha para dirigirse al trabajo. Durante el trayecto interurbano, se permitió dejar de prestar atención exclusiva a la carretera, para pensar un poco en sus cosas. Por la hora que era, la mayoría de sus amigos estaban durmiendo todavía. Algunos estaban en época de exámenes. Otros empezaban a las nueve a trabajar. Alguno debía llevar ya sus treinta minutos en el gimnasio, para aprovechar y exprimir al máximo el día. Él también habría querido empezar la mañana yendo a la piscina para empezar el día fluyendo como un delfín. 



En cuanto llegó a la ciudad volvió a centrar su atención en la carretera y los peatones. Pese a que la ciudad solía estar a medio despertar a esa hora, siempre había algún despistado que pegaba un volantazo o se ponía a cruzar sin mirar y había que estar atento. Aprovechó un semáforo en rojo para no contagiarse de la prisa que todo el mundo parecía tener. Puso punto muerto, el freno de mano, y reclinó la cabeza en el asiento. "¿Por qué tienen prisa?¿Van tarde?¿Todos?¿Y si se levantaran diez minutos antes?" se preguntaba, sin tener ganas de saber la respuesta. 

Al final del trayecto, casi delante de la sede principal de la compañía para la que aún trabajaba, se cruzó sin llegar a parar delante de Lina, una mujer que conocía de vista. Habían hablado un par de veces, pero era tan esporádico que hasta dudó de si realmente era esa mujer. La cara morena, los ojos negros y grandes y la mirada relajada de la chica le sacaron de dudas. Eso le arrancó una sonrisa pensando en lo pequeño que puede ser el mundo y, mientras buscaba aparcamiento, fantaseó con la oportunidad de poder tener algún día lejano una conversación de más de tres minutos con esa mujer.

Antes de llegar a las puertas del edificio se encontró con su compañera Tina, que acababa de aparcar la moto. Le saludó con una amplia sonrisa y comentaron la situación de la empresa. Los compañeros de Tina dejaron la empresa el día anterior, debido a la crisis del sector. Comentaron cuatro banalidades más y al entrar se fue cada uno por su lado. Tina era una chica lista y guapa. Él siempre pensaba que algún día sacaría el valor de invitarla a cenar. Y seguiría con esa falsa esperanza hasta que uno de los dos dejara la empresa y no se volvieran a ver jamás.

Llegó a la segunda planta y paseó por los pasillos vacios hasta llegar a su cubículo de trabajo. Encendió la computadora y tras consultar el correo electrónico, se puso los cascos y acabó el principio del día con la sutileza del maestro Sakamoto.

lunes, 23 de mayo de 2011

Mientras haya noche




Era la primera vez que escuchaba ese tipo de música, la primera vez que asistía a un concierto del mismo. Desconocía qué música era, ni sus orígenes ni nada que pudiera darme familiaridad alguna con esas notas felices y despreocupadas que saltaban de las guitarras a ritmo de síncope. Entonces fue cuando pude notar como el tiempo se empezó a aislar dentro de mí, y se acabó parando para darme la oportunidad y el placer de salir de mi cuerpo para ver por mi mismo el valor real de aquello que estaba viviendo.

Una noche cualquiera entre semana, en una sala de cine algo anticuada, que ya sólo ofrecía proyecciones en versión original, una treintena de personas nos hallábamos repartidas por las diferentes butacas rojas plegables, sentadas y en silencio, apreciando el espectáculo que cuatro artistas virtuosos nos ofrecían. El cuarteto en cuestión estaba formado por un par de guitarras, un contrabajo y un violín que con su música nos alentaban a sentir la felicidad.

El contrabajista pellizcaba las cuerdas de su instrumento con los ojos cerrados, ignorando todo el Universo a su alrededor. Solamente estaba pendiente de la música que nacía en su cabeza y viajaba hasta el contrabajo para dar la profundidad merecida al conjunto musical. Era un hombre alto y corpulento. Rondaría los cuarenta años quizás, por las sienes grises que se le podían apreciar. Llevaba una camisa gris sin motivos, con las mangas recogidas hasta medio brazo. Una prominente barba completaba el perfil de hombre duro. No obstante, su cara y su música eclipsaban por completo la apariencia física del artista. Parecía talmente que hubiera nacido para tocar ese instrumento y esa canción en particular. Sus movimientos eran relajados, su expresión sonriente, y el trato que daba al instrumento era comparable al que se le da a la mujer con la que se tiene el placer de bailar. 

A su siniestra, un poco por delante estaba el violinista, que en contraposición a su compañero, ofrecía los registros más agudos de las piezas que se iban sucediendo con los minutos. Era un hombre joven y delgado, de pelo claro. Parecía extranjero. Su aspecto encajaba con el vaivén del arco con el que acariciaba las cuerdas de un modo casi agresivo pero su vez alegre y vivaz. 

En el frente de la formación estaban los dos guitarristas. Estaban sentados, a diferencia de los otros dos. Ellos aportaban el sonido característico y principal del concierto. Rasgaban sin piedad las cuerdas de sus instrumentos en turnos de 2 pasos: primero hacían sonar las cuerdas más graves, de cobre. Detenían el sonido de las mismas y luego rasgaban las de nylon, que sonaban más agudas, volviendo a pararlas en el mismo momento. Y vuelta a empezar. Parecía mentira como podían tocar ese ritmo de un modo tan frenético y a la vez ir cambiando los acordes subiendo y bajando por el mástil sin parar en ningún momento. De vez en cuando se miraban mutuamente y ya tenían claro lo que había que hacer. Esa comunicación no verbal era maravillosa.

La velocidad de las notas de la guitarra solista definía y complementaba en mi mente la jovialidad, amabilidad e inocencia de aquellos que estábamos allí. Eran notas rápidas, breves, había muchas, y todas bailaban en un son saltarín y desenfadado que me hacían sentir la vida como algo efímero que hay que aprovechar y disfrutar sin vacilar, porque hay mucho por ver, mucho por sentir, mucho por crecer. 

En ese tono alegre, y casi sin darnos cuenta, el concierto llegó a su fin y tuvimos que volver a nuestras vidas, pero me quedé aun paseando por las húmedas y vacías calles de la ciudad, gozando del silencio de los que duermen y las alegres notas de gypsy que sonarían por siempre jamás en mi interior, mientras hubiera noche.

domingo, 8 de mayo de 2011

At last


Domingo.Siete de la mañana. Mes de Mayo. Tras pegar el último apretón al acelerador para dejar a un amigo en la estación a tiempo de coger el primer tren de la mañana, ya vuelvo a casa, solo por primera vez en varias horas. 



Me siento cansado. En parte tranquilo, en parte abatido. No siento nada especial. Sólamente he reducido la velocidad e intento gozar un poco del paisaje. El mundo aún no se ha despertado. Una tímida niebla cubre todo cuanto veo y juntamente con las nubes uniformes del cielo, dan al próximo amanecer lo que será una mañana de domingo en toda regla. El gris en el ambiente me inspira silencio, paz, quietud. Miro hacia el este y puedo ver como un par de rayos de luz matunita se escapan por donde se han roto las nubes, a lo lejos.

Con los ojos de nuevo en la carretera veo amapolas. Pasan unos metros más y veo más amapolas. Son flores pequeñas, altas, delgadas. Estan distribuidas a lo largo de toda la carretera, en ambos lados.. y no se extienden a través del campo, sólo siguen el borde de la carretera, cual catifa roja que me indica el camino a seguir, para que pueda circular con más comodidad. Siempre se ha considerado a esa flor como un tipo parasitario de flor. Pues a mi me encantan, son delicadas, vivas y dan color y alegría al campo. Son flores que despiertan pasión debido a su color y transmiten belleza, calma y  al alma reflexión, cuando mecidas por el viento van y vienen a su ritmo y compás. 

Al final. Al final un nuevo día. Todo y nada va a cambiar. Tansolo deseo, ya terminada la noche, que mientras tenga carretera por recorrer, las amapolas a mi lado siempre pueda ver. Porque dan sentido a mi sentir, porque el día va a empezar por fin, porque al final siento la felicidad que buscaba en las amapolas. Porque todo se ha acabado, porque todo esta por empezar. Al final.

viernes, 6 de mayo de 2011

Viernes, sí o sí

Hoy es viernes. Al igual que lo fue hace exactamente una semana y (esperemos) lo será en la siguiente.
He dormido poco. Apenas cuatro horas. Al acabar de trabajar por la noche, fui a ver un amigo y estuve hasta la madrugada. A las ocho ya estaba en pie. Si hubiera tenido que trabajar me habría resignado a levantarme, pegarme una ducha rápida y largarme sin siquiera desayunar. Pero hoy tenía un motivo poderoso para madrugar. He quedado con alguien a quien empieza a hacer tiempo que no veo. Alguien con quien aún no he estado a solas sin más que nosotros y el mundo. La mayoría de las veces las personas nos entendemos mejor en ese contexto de intimidad y confianza. 
Aceptó sin pestañear la propuesta que le hice: ir a dar un paseo por un camino que pasa por la costa, ofreciendo unas vistas y una paz dignas de gozar. No se me ocurre un modo mejor de empezar el día de hoy.


Así que, pese al sueño, me levanto de un salto, me ducho a consciencia, me visto, y reviso la hora. Aún voy bien de tiempo, pero mejor que no me entretenga. Reviso la previsión meteorológica y se me escapa una sonrisa de excitación al ver que habrá buen solecico, una temperatura inmejorable y nada de viento a destacar. Será un buen día. Desayuno rápido para quitarme el hambre mañanero y me preparo lo que quede para salir de casa, para repostar carburante y acudir al punto de encuentro a la hora establecida. Cojo el móvil para metérmelo en el bolsillo pero, como hago siempre, lo miro para ver si hay algo, que nunca hay nada especial y ¡Oh sorpresa! Tengo un mensaje. "No estoy solo", pienso el primer segundo, para luego relacionar al otro segundo que en un 99% (o el 78,23%, me da lo mismo) de los casos este mensaje tiene que ver con la cita a la que estoy apunto de acudir en nada y menos. 

Efectivamente, no me equivocaba. No habrá cita. No hoy. Mi viernes no empezará con costa, camino, playa, brisa marina, solecico, ni la buena compañía que esperaba. Lo malo de las inversiones, como se suele decir, es que toda inversión tiene un riesgo y algo que perder. "He pegado el madrugón para nada" es una idea que cruza mi cerebro, como lo hacen las chicas de los combates de boxeo para anunciar el asalto en el que se encuentra el combate. Aún así, me esfuerzo por pensar en mí, en mi bienestar. ¿Algo tan incontrolable como el que una cita no se cancele, va a poder con mi alegría, mis ganas de vivir, y mi tan ansiado viernes?¿Me vuelvo a la cama y a tomar por c**o todo? Yo no quiero que sea así. No quiero resignarme ante las circunstancias.

De modo que he cambiado un poco el chip y he decidido aprovechar la mañana a mi favor, adelantando faena que tendría que haber hecho antes y que iba a tener que hacer deprisa y corriendo después de la supuesta cita. 
Así que aquí estoy, escribiendo esas líneas para dejar constancia de que, aunque poco a poco, mi actitud empieza a ser la que yo decido tener.
Y oye, que bien se llega a estar en el sofá de casa, hecho un pincel, lavado y planchado, instalando xampp en el PC, con Mr.Clapton de fondo y gozando de la buena mañana!!

(and I say my darling, ... you are wonderful tonight...)

domingo, 10 de abril de 2011

Convergüenza

Ayer salí de fiesta. En un momento transitivo de la noche (momento en el que ni bailas ni te paras, simplemente se te pasa el tiempo sin ningun sentido), vino un "clown" ha mostrar los malabares que sabía hacer. Era un jóven intrépido. Se le daba bien y no dejaba de reir y pasárselo bien. Si le salía mal el número entonces se reia, hacía una mueca graciosa y simplemente volvía a empezar. Al rato paro y en un momento dado me dijo que "él no tenía vergüenza". Asentí con la cabeza y seguidamente me preguntó a mi si yo la tenía. Yo sí la tenía, le dije. Me dijo que de qué me servía tenerla, que me la quitara, que la echara de mi vida, que cuantas cosas de mi vida me había perdido por su culpa. Ciertamente no le faltaba razón.

Esta mañana, al levantarme y hacer un repaso de la noche anterior, me he acordado, entre otras cosas, de esas frases. He empezado a darle vueltas a todo, y creo que hay algo que no enfoco bien. En la vida tiendo a buscar los posibles caminos que puede tomar una situación para saber a qué atenerme pero, frecuentemente, me encuentro con resultados no esperados que me hacen sentir que no tengo el control sobre lo que me pasa y sobre lo que no me pasa. ¿Es simplemente mala suerte o como decía ese chaval de los malabares, me falta valor para afrontar mis miedos y mis vergüenzas? Empiezo a creerme bastante seriamente lo segundo. Si no pongo de mi parte y me esfuerzo, no voy a influir en modo alguno a que las cosas me favorezcan del modo que yo quiero. He acabado por pensar que todo aquello que no me pasa, es por culpa de que no influyo en las situaciones que me interesan.

Habrá que empezar a cambiar de chip y pronto.

" ¡Camarero una de 'sinvergüena'! "

jueves, 7 de abril de 2011

Éxito y felicidad

Trasteando widgets para mi móvil, he encontrado uno sobre citas para reflexionar. Cada día te da una cita nueva sobre la que se puede reflexionar un poco. La de hoy decía así:
"El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene." - Ralph Waldo Emerson
A los pocos segundos los pequeños engranajes de mi reblandecido cerebro se han puesto a desmenuzar la frase a cachitos pequeños para comprender la profundidad de la cita en cuestión.

¿Qué es el éxito?¿Y la felicidad ? ¿Buscamos la felicidad o el éxito, en esta vida?
Pienso que todos buscamos la felicidad. Pero la mayoría de nosotros a través del éxito. La "vida moderna" y la sociedad nos venden la felicidad como unos objetivos a alcanzar (sueldo, familia, casa, perro, play 3,...). Si alcanzamos dichos objetivos, "seremos felices". Ése parece ser, el mensaje que se nos transmite hoy en día. Ciertamente, de lograrlo, habremos tenido un éxito rotundo, pero esas cosas como tal no nos traerán la felicidad si no ponemos de nuestra parte.

Dice el refrán que la felicidad es disfrutar. Disfrutar de lo que se tiene. Apreciar aquello que está a nuestro alcance, más que lo que no lo está. Podría llegarse a pensar en negativo, del tipo "conformarse con lo que uno tiene, y gracias", aunque la verdad es que sólo basta con pensar en los niños, que con un simple palo pueden llegar a gozar como si lo que tuvieran en las manos fuese un avión. Eso nos dejaría claro que no es descabellado y tampoco imposible. Se puede llegar a ser muy feliz con lo presente. Sólo es cuestión de saber apreciarlo en su justa medida.


 Por otra parte hay otro dicho muy conocido que dice que "más que el camino hacia la felicidad, la felicidad es el camino en sí mismo". El hecho de disfrutar y apreciar todo el viaje en la búsqueda del mismo sentimiento de realización absoluta. Esto explicaría, por ejemplo, de un modo humano algo tan anti-felicidad como la avaricia, o el mismo ligar. Los grandes empresarios, como cualquier persona, buscan la felicidad a través del éxito de sus negocios y los beneficios económicos que comportan. Lo normal es que cuanto más acumulan en sus arcas, más quieren ganar y tener. Puede que sea porque donde realmente se sienten felices, es al ver que son capaces de lograr aquello que proponen, y que por ello quieran ganar más cada vez, para aumentar la dificultad y sentir mayor satisfacción al lograrlo.

Sea como fuere, está claro que de un modo u otro todos luchamos y nos esforzamos por conseguir aquello en lo que creemos. Sólo que a veces resulta productivo parar un par de minutos para pensar si seguimos en el camino que nos propusimos inicialmente.

Éxito? Felicidad? el tema es sonreír más a menudo :D

¡Que tengáis un buen día!

viernes, 18 de marzo de 2011

La centésima entrada, la crisis de Japón, y otros cuentos para no dormir.

No me había dado cuenta hasta entrar esta tarde aquí. Esta entrada es la número 100. Puesto que a las personas nos gustan los numeros redondos en matemática de base 10, pues me hace ilusión haber llegado a este punto. A partir de ahora voy a crear una nueva dimensión blogueril, en donde el cambio más pronunciado será que seguiré publicando lo que el corazón me pida, es decir, más o menos como hasta ahora. (n_n)

No sé ahora mismo cuánto tiempo llevo con el blog (tres años? cuatro, tal vez?), pero creo que sigue sosteniéndose en el principio en el que se basó de buen comienzo: escribir todo aquello que me apetezca, ya sea para compartirlo con el mundo, o para contarlo simple y llanamente, y sacarme una espina de encima.

La idea de hoy era comentar un poco el caos mediático que atraviesa Japón. Todo el mundo escribe y habla de ello. La información va apareciendo día a día. La desinformación se multiplica minuto a minuto. La sensación de pánico que se nos ha transmitido desde los medios, es cuanto menos intencionada. En un mundo conectado a la red, pronto han quedado desmentidas en la red todas las exageraciones de lo que nos venden como un país sumido en el caos más absoluto. Así quien tenía familiares en Japón se puso histérico hasta tal punto que algunos familiares han tenido que abandonar Tokio para irse a Okinawa u otros destinos, lejos de lo que nos marcan como el punto más próximo al infierno.
Me ha encantado la labor y la utilidad de las redes sociales para que todo el mundo pueda estar en contacto. En una web de seguimiento de mangas montaron un dispositivo de rastreo y seguimiento para saber del estado de cada autor de manga conocido. Me pareció una iniciativa digna de alabanza. Las redes sociales pueden ser usadas de un modo muy humano y eficiente, queda demostrado.
Y acerca de los reactores nucleares, en este instante parece que han logrado "frenar" el aumento de temperatura, aunque la situación sigue siendo crítica. Se conocen los hechos ocurridos, y tienen una idea de todos los caminos que puede tomar esta situación, pero desconocen por completo como está el nucleo de cada reactor a falta de instrumentos de medición.
También se dice que éso evidencia que la profecía de 2012 se podría cumplir. (En un país donde históricamente han sufrido terremotos y tsunamis durante toda su historia, eso no tiene sentido apocalíptico alguno).

Un servidor, aun siguiendo los detalles de la catástrofe de cerca, lleva una semana más bien pendiente de su propio terremoto personal con el sexo opuesto en condiciones parecidas: se conocen los hechos, las posibles opciones, y no se tiene ni la menor idea de su situación actual a ojos ajenos. Ni tan siquiera los propios, a falta de instrumentos para medir el corazón (del alma), puesto que para el músculo en sí existen sofisticados sistemas de chequeo y análisis, capaces de detectar cuando quien lleva el aparto es besado o besada, gracias a un supuesto aumento del ritmo cardíaco (se ha comprobado).

Semana atípica pues, con muchas novedades. Conociendo personas con buen gusto para las casas las guitarras y la música, perras (el animal) que me odian por ser hombre, amistades que llegan tarde pero logran que la espera valga la pena. La oportunidad de ver por encima de la caja negra de los desperdicios.


"- ¿Qué te parece, Fuckowski?
  - No sé, yo soy un águila imperial."

Eso no deja de resultar divertido porque así la vida es más interesante (aunque se pase mal) al fin y al cabo, que para eso somos seres humanos y como tales, somos paradójicos hasta la médula.

Enresumiendo pues:
100 entradas.
Cerca de 3 años en la red.
Cerca de tener algo divertido con alguien e infinitamente lejos de lograrlo.
A contracorriente de la opinión de masas, por norma general, como de costumbre.
Ayudando y siendo ayudado.
La vida siguie, avanza, gira, sube, se tuerce, cae en picado, gira y vuelta a empezar.
Y sin vosotros esto no sería escrito, así que:

GRACIAS GUAPOS/GUAPAS! :*

sábado, 12 de marzo de 2011

Cerca de 30 Carnavales

Hace años me enteré de algo acerca del día que nací. Nací la noche de carnaval. Por lo visto el primer ser humano que me sacó debía llevar un gorro de fiesta. Eran las 11 de la noche de un Sábado de Carnaval y los médicos estaban más por las farras que por mi. Quizàs será por eso que casi nunca me he disfrazado y por estas fechas de fiesta y jolgorio, yo me siento tan indiferente.

Este año cumplí entre semana y que yo sepa es la segunda vez que los carnavales se atrasan hasta coincidir con esos días (habitualmente caen a medianos de Febrero). Algunos amigos preguntaron acerca de los regalos. No me han dado. Tampoco echo nada en falta. Me preguntaron cómo lo iba a celebar. No lo iba a celebrar. De hecho ni se me pasó por la cabeza. Creo que este año ando algo distraído. Creo que estoy reanalizando mucho las cosas y me gusta pensar que empiezo a dar importancia a las cosas que verdaderamente son importantes. Madurar de ese modo puede tener que ver con la cercanía de mi reciente edad con la puerta psicológica de los 30 años.

Me dan mucho coraje los 30, que se suele decir. Los veo como una puerta. Una puerta que inevitablemente voy a cruzar cuando sea el momento, pero para entonces siempre he pensado que había que tener hechas y acabadas algunas cosas. Unos estudios bastante decentes, experiencia en la vida en varios campos, una base económica estable a nivel teórico, y un mayor asentamiento del alma por lo general para dedicarse en cuerpo y alma a empezar otro tipo de vida más centrado en pagarse un techo y formar una família, que otra cosa.
Me veo ya enfrente de esa puerta y no siento que tenga NADA de lo descrito anteriormente, ni experiencia ni estudios, ni vida, ni familia por formar y menos aún, techo. Ya hace tiempo que todo ello me ronda por la cabeza. Permanece en mi zona de memoria volátil (que no sé si es la que se encuentra en el hipocampo cerebral o no) y a menudo pienso en todo eso. Me planteo redireccionar todos los valores a una nueva escala de objetivos que me permita seguir mi camino como a mi me plazca y de modo que me sea útil y de provecho para el mañana. Al fin y al cabo no existe un "camino correcto". Estan los caminos rectos, los torcidos, los incaminables pero cualquiera de ellos será el correcto para mí, si así me lo parece. Así que empiezo a pensar que los 30 pasarán por mi puerta sin pena ni glória, más que para evidenciar que para entonces seguiré creando mi propio camino, ladrillo a ladrillo.

Así que aprovechando los carnavales, sólo(se joda la RAE, me gusta con acento!) me limito a buscar un disfraz desenfadado para no desentonar y a salir a pasarlo bien con la gente. Sin años por celebrar, sin motivos en particular, sólo la música, el ambiente, las risas y con suerte algun beso resbaladizo y alguna visita inesperada.

martes, 15 de febrero de 2011

Contra la tontuna lingüística, un poco de gramática bien explicada

Acabo de leer este texto del blog de RETHSE y no puedo estar más de acuerdo ^_^


(Está escrito por una profesora de música de un instituto público)



Yo no soy víctima de la LOGSE. Tengo 48 años y he tenido la suerte de estudiar bajo unos planes educativos buenos, que primaban el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de las estadísticas de aprobados y de la propaganda política. En párvulos (así se llamaba entonces lo que hoy es "educación infantil", mire usted) empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente: la A de "araña", la E de "elefante", la I de "iglesia" la O de "ojo" y la U de "uña". Luego, cuando eras un poco mayor, llegaba "El Parvulito", un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas traen texto. Eso sí, en el
Parvulito, no había que colorear ninguna página, que para eso teníamos cuadernos.

En EGB estudiábamos Lengua Española, Matemáticas (las llamábamos "tracas" o "matracas") Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Plástica (dibujo y trabajos manuales), Religión y Educación Física.
En 8º de EGB, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de "b en vez de v" o cinco faltas de acentos, te suspendían.

En BUP, aunque yo era de Ciencias, estudié Historia de España (en 1º), latín y Literatura (en 2º) y Filosofía (en 3º y en COU). Todavía me acuerdo de las declinaciones

Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las "Coplas a la Muerte de su Padre" de Jorge Manrique, a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a Espronceda...

Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección. Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura. Aprendí que se dice "Presidente" y no Presidenta, aunque sea una mujer la que desempeñe el cargo.

Y... vamos con la Gramática.

En castellano existen los participios activos como derivado de los tiempos verbales. El participio activo del verbo atacar es
"atacante"; el de salir es "saliente"; el de cantar es "cantante" y el de existir, "existente". ¿Cuál es el del verbo ser? Es "el ente", que significa "el que tiene entidad", en definitiva "el que es". Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a este la terminación "-nte".
Así, al que preside, se le llama "presidente" y nunca "presidenta", independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción.

De manera análoga, se dice "capilla ardiente", no "ardienta"; se dice "estudiante", no "estudianta"; se dice "independiente" y no "independienta"; "paciente", no “pacienta"; "dirigente", no dirigenta"; "residente", o "residenta”.

Y ahora, la pregunta del millón: nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no son "periodistos"), ¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española? Creo que por las dos razones. Es más, creo que la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática de esos patrones ideológicos los hace más ignorantes (a ellos y a sus seguidores).



Os propongo que paséis el mensaje a vuestros amigos y conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no "ignorantas semovientas", aunque ocupen carteras ministeriales).

Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa del género y que habían firmado un manifiesto..
Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto,
el funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el violinisto, el
taxidermisto, el telefonisto, el masajisto, el gasisto, el trompetisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el
oculisto, el policío del esquino y, sobre todo, ¡el machisto!

SI ESTE ASUNTO NO TE "DA IGUAL", PÁSALO POR AHÍ, A VER SI LE TERMINA LLEGANDO A LA MINISTRA DE "IGUAL-DA".

domingo, 6 de febrero de 2011

Rucurriendo a la Fuerza

Ver el anuncio:


Ayer me recomendaron ver este anuncio. Lo encuentro muy gracioso y divertido. La actuación del pequeñín está muy lograda, sobretodo al final.

Lo que me sorprende de este anuncio es que cuesta imaginar un niño que ya en tan temprana edad sepa quien es Darth Vader. Pero por lo demás, el auncio me parece muy acertado. Ójala nos hubiera pasado algo así de pequeños.

Como decía Miguelito (de la tira de Mafalda): "Que sabia es la naturaleza. Si al hacer ver que disparo a ese pajarito, hubiera caído muerto, yo no pegaba ojo en tres meses."

Hay algun otro anuncio que os guste??

viernes, 21 de enero de 2011

La leyenda de Zelda y la Ocarina del Tiempo




Ésta es la historia de un joven niño cuyo destino le llevó a ser el mayor héroe de su mundo cuando éste se vió amenazado por las fuerzas de las tinieblas.

Link era un pequeño niño que vivía en el bosque Kokiri. Los Kokiri eran un clan formado por niños que no crecían nunca. Cada niño Kokiri tenía una hada que le hacía de compañera y guía en la vida. Cada hada era asignada a un niño por el Gran Arbol Deku. El Gran Arbol Deku era un arbol enorme que velaba por la seguridad y la paz de la tierra Kokiri y sus habitantes.

Link era igual que los demás niños con la excepción de que era el único de todo el clan que no tenía hada ni la había tenido nunca. Los demás niños Kokiri lo llamaban "niño sin hada" para burlarse de él. Aun siendo el único diferente, Link tenía buenos amigos, como por ejemplo Saria, su mejor amiga. Siempre estaba a su lado cuando Link estaba triste y le sacaba una sonrisa nueva para ir a jugar.
Una mañana, a Link lo despertó un ruido más pronto de lo normal. Bostezando se incorporó y abrió los ojos, para encontrar una sorpresa de lo más inesperada. Había una hada que daba vueltas a su alrededor! Link no se lo podía creer. Por fin tenía su propia hada! Navi, el Hada, le contó con voz de preocupación,  que había sido enviada por el Gran Arbol Deku para que Link fuera a verlo. Link se apresuró a encontrarse en preséncia del Gran Arbol. Éste le contó que una criatura maligna se había metido en su interior y que se estaba muriendo. Era el presagio de un gran mal que se cernía sobre el mundo y Link era quien estaba destinado a luchar para salvarlo.

Armado con la espada legendaria de los Kokiri y un escudo hecho de madera del Arbol Deku, Link se adentro en las profundidades del Gran Arbol Deku junto con Navi para encontrar la criatura, con todo el corage del que era capaz. Después de luchar ferozmente, Link pudo acabar con la vida del monstruo. Nuevamente fuera, el Gran Arbol le contó a Link la historia del origen del mundo.


"Dice la historia que en el principio de los tiempos, tres diosas bajaron de los cielos para crear el mundo. La primera creó la tierra roja, las montañas y los valles, donde se habitaría. La segunda creó los cielos, las estrellas y las nubes, el día y la noche. La tercera llenó de espíritu y vida la tierra, con árboles, verdes prados, ríos y lagos. Al terminar regresaron al cielo para siempre, peró tras de si dejaron un símbolo de su poder. Tres triángulos dorados llamados La Trifuerza. Con ellos el mundo y su equilibrio podrian persistir para siempre." 

Antes de morir, El Gran Arbol Deku confió una de las tres Piedras Espirituales a Link, la Esmeralda Kokiri y le pidió que la llevara cuanto antes ante la princesa de Hyrule. Ella sabría que hacer. Link tendría que salir del mundo donde siempre había vivido para enfrentarse a una aventura épica en un mundo mayor de lo que jamás se habría imaginado.

Tras creer en la palabra del Gran Arbol, Link aceptó su destino y partió hacia Hyrule junto con Navi. Justo en la entrada se encontró con Saria. Estaba apenada porque su mejor amigo se iba, pero hizo el corazón fuerte y deseó mucha suerte a Link. Le dijo que aunque estuvieran lejos, siempre serían buenos amigos y para que Link se acordara de los Kokiri y en especial de ella, Saria le dió su ocarina, con la que siempre tocaba su canción preferida. Link dudó por un instante. Le sabía mal abandonar a su amiga y sus demás compañeros. Pero tenía un destino que cumplir. Así que prometió que volvería a verlos y se fue corriendo evitando mirar atrás hacia una nueva aventura.