viernes, 25 de noviembre de 2011

Concierto de Ryuichi Sakamoto

Hace exactamente una semana, a esta misma hora, me encontraba en la Ciudad Condal (aka, Barcelona), en el Palau de la Música. No había estado nunca allí y tuve que dar un par de vueltas para encontrar la puerta principal. Iba a asistir a uno de los muchos conciertos del "Voll-Damm Festival Internacional de Jazz". Con un par de amigos habíamos decidido, a última hora, comprar entradas para el concierto. Nos tocaron unas entradas en el segundo piso, en la penúltima fila. De hecho, teníamos la pared justo detrás.

El artista en cuestión era nada menos que el conocido Ryuichi Sakamoto, un compositor japonés muy conocido por su trabajo musical. Entre sus piezas más famosas estan "Forbidden Colours", de la película "Feliz Navidad, Mr. Lawrence". Tuvo un papel de protagonista en la misma, junto a David Bowie, quien hizo también una versión cantada de la canción. Otras piezas que son obra suya son la banda sonora de "Pequeño Budha", "El último Emperador", por la cual obtuvo un Oscar a la mejor Banda Sonora. También preparó la Banda Sonora de los JJOO de Barcelona '92 e incluso creó tonos de llamada de móvil para Nokia. En su día dijo que a el le habría gustado ser Debussy, y eso se nota en el modo como toca el piano. Aún así, Sakamoto se dió a conocer en el mundo de la música de la mano de la YMO (Yellow Magic Orchestra), un grupo de música electrónica japonés de los años 70.


Voy a contar el concierto desde dos vertientes distintas:

1- El concierto y el Palau de la Música

La sala estaba llena a más no poder y nosotros apenas podíamos ver el piano de cola desde nuestro sitio.
Una voz en off nos dió la bienvenida y presentó a Ruyichi Sakamoto junto a sus dos acompañantes, el virtuosi violonchelista Jaques Morelenbaum y la intrépida violinista Judy Kang.
En un primer momento hizo una improvisación jugando con los sonidos del piano tocando directamente las cuerdas del piano con las manos, golpeando la estructura del piano y probando diferentes sonidos, que representaban, nos pareció, pájararos y naturaleza. Luego ya se pusó delante del teclado y los tres se pusieron a tocar temas conocidos. Pese a haer escuchado algunas canciones suyas, al principio  tan sólo un par me resultaron familiares. Aún así, pude notar la huella imborrable del estilo de Sakamoto en cada una de las piezas. Ese juego de acordes oscuros y apagados, acompañados de pequeños arpegios agudos y delicados. Tocaba con sutileza, encorbándose para transmitir todo el sentimiento a cada tecla, cerrando los ojos por momentos. La combinación con los otros dos instrumentos hacía que las piezas fueran realmente completas y agradables al oído.



Para mi sorpresa, sin esperarlo, tocó "Seven Samurais". Pieza de la banda sonora que le fue encargada para un juego basado en la película "Siete Samurais". Personalmente es una pieza que me transmite una sensación de paz que no sé describir, y que he puesto en alguna entrada anterior. Mis ojos se llenaron de tímidas lágrimas que querían salir, aunque me sobrepuse y me esforcé en estar muy pendiente de la canción. Fue espectacular, no puedo decir más. Evidentemente, la canción estrella "Forbidden Colours" no faltó y fue preciosa e impresionante. Finalmente tocó una pieza al final, en la que mezcla trozos de "El cant dels ocells", de Pau Casals.
Sakamoto se portó muy bien con el público. Agradeció el calor del público y despues de tocar, salió 3 veces más para hacer bises.

Sakamoto ha sacado un libro autobiográfico titulado "La música os hará libres". Escuchando su música, logro entender lo que quiere decir. La música nos proporciona un refugio espiritual, un mundo aparte en el que podemos ignorar el día a día, la rutina y sentir ver y vivir cosas que nos hacen sonreir, suspirar, relajarnos, animarnos y muchísimos otros verbos sentimentaloides relacionados.


Al encender las luces volvimos al mundo real. Bien, todavía no, puesto que seguíamos en el Palau de la Música de Catalunya, un edificio para conciertos, de estilo modernista muy bonito, muy arreglado, lleno de detalles y sin embargo, nada cargante. Un lugar que escapaba de toda realidad y que se hacía muy agradable. Actualmente es la única sala de conciertos modernista considerada "Patrimonio de la Humanidad" por la Unesco. Lleno de mosaicos con escenas, flores, dibujos, los ventanales todos decorados con multitud de colores, un techo de cristal precioso y otros tantísimos detalles que escaparon a mi vista. Fue una experiéncia muy agradable y en cuanto pueda voy a repetir.



2- El público


Pese a todo lo que llegué a gozar el concierto y el Palau, me sorprendió muchísimo e incluso me desagradó el componente de el público.
Uno llega al Palau del a Música i se siente raro por no llevar "smoking" y estar acorde al nivel del sitio. Sala de nivel, concierto de nivel, por favor lo pido, público de nivel.


Cierto es que hoy en día ya no se consideran los silbidos como un abucheo, sinó todo lo contrario y por ahí todo correcto. El problema vino a la hora de tener que guardar silencio. Gente moviéndose en su silla, susurrando, algun móvil sonando y otros resonando con el modo vibrador. En algunas canciones, Sakamoto acaba el tema dejando que la nota muera dóclimente, que se apague poco a poco. Para poder apreciar eso hay que guardar silencio hasta el final. El público no pareció entender esto y la mitad de las veces aplaudía antes de acabar. Me fastidió el poco respeto que mostró el público, o su poca habilidad para guardar silencio absoluto. Tanto en cuanto a respeto para el artista se refiere, como para quienes queríamos gozar de tan preciado concierto. Pude oír gente andar en medio de una canción.. e incluso al salir estuve atento a ver si encontraba tres o cuatro personas con la cara totalmente plana, porque en tres o cuatro ocasiones se oyó un ruido seco y fuerte en diferentes zonas de la sala y solo lo pude asociar a la imagen de alguien tropezando y pegándose el costalazo de su vida con la cara en el suelo.
También se notó que estamos en epoca de gripes, porque media sala tosía. Alguien tosió justo antes de acabar un tema, dejando morir la nota y con el publico reprimiendo el aplauso. Me cabreé, no pude evitarlo, me jodió el final y me molestó.

En favor de quienes sí tenían respeto por la música, debo añadir que ví a un señor o dos pegarse la carrera del año por un pasillo aprovechando los aplausos, para evitar molestar a nadie.

Aún así creo que en un concierto de esa índole se debería saber guardar silencio absoluto. Bien lo aprendí yo de pequeño en misa, creo que en un concierto es aún más importante. Y en un concierto dentro de una iglesia, ya ni te cuento.


Bien sólo para quitarme la duda de si lo del público no és una muestra representativa del grupo de estudio, concluyo que tengo que volver para corroborarlo. (Excusas no me faltan, des de luego)


Dejo la lista de canciones que tocó, por si las queréis escuchar en Youtube.


  1. improvisation
  2. fukushima#01
  3. nostalgia
  4. still life in A
  5. bibo no aozora
  6. tamago 2004
  7. seven samurai -end theme
  8. tango
  9. impresions intimas I (written by Federico Mompou)
  10. solitude
  11. merry christmas mr.lawrence
  12. high heels
  13. happy end
  14. m.a.y. in the backyard
  15. 1919

  16. encore-1
  17. ichimei/harakiri - death of a samurai main theme

  18. encore-2
  19. self portrait

  20. encore-3
  21. mizu no naka no bagatelle