sábado, 31 de diciembre de 2011

El fin del mundo!

Hoy he ido a comprar, como cada semana. Nada tendría esto de especial si no fuera porque hoy es "hoy".

Cojo el coche y en la radio no suena otra cosa que las fiestazas que se van a montar aquí y allá. Que por el "módico" precio de un riñón puedes ir donde a varios sitios en donde la fiesta será mejor que en ningún otro lado.

Llego al supermercado y no hay sitio para aparcar. Son las 12 del mediodía y no cabe un alfiler. Multitudes abarrotadas intentan transitar con carros llenos de carnes, mariscos, alcohol, uvas, mantecados y turrones. Un gran número de clientes hoy es más joven que yo y, por lo visto, también más alcohólico que yo. Los pasillos de vinos  y licores han dejado de existir. Estan llenos de gente que apenas se puede mover. Se han visto manifestaciones más vacías.
Con paciencia y estrategia, elijo cautelosamente qué debo comprar y los pasillos que recorrer y en qué orden para ser eficiente y salir de allí lo antes posible. De fondo no hago más que escuchar como des de la sección de cajas llaman a más y más refuerzos.


No les falta razón. Llego a dicha sección y el panorama no parece de fin de año. Parece de alerta por nevadas que nos tendrán incomunicados 20 días! Todas las cajas abiertas menos una que está estropeada (murphy no nos abandona), y todas ellas con la tira de gente haciendo cola. No parece el final de un año. Parece el fin del mundo. ¿Soy el único al que le parece exagerado?

Salgo agobiado y cargo el coche. En la radio hoy no debe de haber programación, anuncios de Nochevieja 24 horas y fiesta para el personal. Me lo debe de parecer pero tanto en la carretera como la calle hay mucha más actividad de la habitual. Yo siempre he pensado que los únicos que iban apurados el día de hoy eran algunos contables y los críos buscando a "L'home dels Nassos".

Será que no me siento tan nervioso en cuanto a este evento se refiere.
La experiencia me ha demostrado que suele ser frecuente, el hecho de sentir frustración, al haber puesto en una fiesta como la de nochevieja, las expectativas demasiado altas. Conozco incluso gente que prefiere pasarlas en casa. No he llegado a este punto, pero lo puedo comprender y de hecho no me parece una idea tan mala, ya que me la planteé en su momento, junto con alguna otra locura del calibre de una idea de bombero, y que por desgracia nunca sabré ya si habría podido ser una noche sencillamente única o no. Por eso yo intentaré pasarlo bien, ver a la gente conocida, reirme un poco e intentar que cuando me levante mañana no me sienta como si volviera de entre los muertos, y aún así tengo mucho margen de acción. Creo que es cuestión de tomárselo con calma.

Como cuentan por ahí, "Mientras los tímidos reflexionan, los valientes han ido, han triunfado y han vuelto".

Yo debería estar camino del extranjero ahora mismo...


Felices fiestas y hasta el año que viene!!!!!

Sonreíd!